Estamos viviendo el momento de mayor conexión de la historia, ¿cierto? ¿Cuándo anteriormente podíamos decir que tenemos 1,000 amigos, como los tenemos ahora en Facebook? Nunca, esto es de los últimos años. La gran diferencia, comparando con antes, es que esta "conexión" es, en su mayoría, digital. Sabía usted que, en promedio, ¿un adolescente usa el celular 5 horas y media al día y los adultos 3 y media? Y viendo pantallas, ambos están en casi 12 horas al día. Las personas, por definición, somos seres sociales, entonces, con tanta conexión y miles de amigos estamos mejor que nunca ¿verdad?, lamentablemente no es así. ¿Por qué?
Hay dos grandes problemas:
El primero son las redes sociales. Estas están diseñadas para que todos pasemos más tiempo en ellas, porque ellos ganan de la publicidad. Entonces, más tiempo nuestro es igual a más ganancia para ellos.
El segundo problema es algo que se llama "la expectativa social de respuesta", que significa el tiempo en que esperamos nos respondan nuestros mensajes. Hace no mucho tiempo, en los ochentas, mi tiempo de adolescencia, nos comunicábamos por cartas, y esperábamos recibir respuesta en uno o dos meses. Ahora, con los chats, todos esperamos nos respondan en minutos. Es más, qué tan rápido contesto un mensaje está relacionado con cuán importante es esa persona para mí, por lo que si me tardo mucho en responder a mis amigos se pueden hasta enojar. Y cuando digo mucho hablo de solamente unas horas, ni siquiera un día.
Estas dos situaciones hacen que todo el tiempo estemos viendo el celular, y esto trae consecuencias como:
- Ansiedad y estrés todo el día. Esto por estar atentos al celular.
- No duermo bien pues tengo el celular en la mesa de noche y estoy pendiente si alguien escribió algo.
- Cuando contesto muy rápido mis respuestas son menos pensadas por lo que podemos caer en mala comunicación.
- Por estar pendiente del celular tengo menos enfoque en cualquier actividad que esté haciendo.
- Tengo menos conversaciones personales profundas, ¿porque quién quiere hablar con alguien que todo el tiempo está viendo a su celular?
- Otra es que el celular no nos deja aburrirnos, y ahora sabemos la importancia de aburrirse, nos abre nuestra parte creativa y de imaginación.
- También hace que perdamos la práctica para leer las expresiones faciales, porque en lugar de ver caras estamos viendo pantallas. Las expresiones son una parte muy importante de la comunicación.
Escuchando esto podemos concluir que si dejamos de usar el celular se arreglan todos nuestros problemas, ¿les parece?
Por supuesto que no, para empezar, ya es imposible. Además, soy Ingeniero en Sistemas y la tecnología me encanta, creo en ella como una gran herramienta.
Entonces, la solución no está en eliminar la tecnología, les doy algunas sugerencias para sus hijos y para ustedes:
- Practiquemos el enfoque. Cuando estemos trabajando, estudiando, leyendo, hablando con alguien, etc, solo hagamos eso, no veamos el celular. Verán que se vuelven más rápidos y eficientes.
- Establezcamos límites de tiempo y horarios para ver las redes sociales, no tiene que ser cada 5 minutos, puede ser un par de veces al día, no se preocupe, no pasa nada.
- Parte importante para la inteligencia emocional de sus hijos es la interacción cara a cara. Encontremos formas de promoverla.
- Celulares fuera de la mesa de noche, nos permitirá descansar mejor.
- Las redes sociales están consideradas como un desperdiciador de tiempo, porque no nos aportan nada, busquemos actividades más divertidas que nos aporten más, salgamos a compartir con familia y amigos.
Con estas prácticas lograremos desarrollar en ellos una mejor inteligencia emocional y,
al practicar el enfoque, ser mejores en lo que hacemos.